domingo, 18 de julio de 2010

Enigmas de verano


EL ESPÍA CAUTO

¡Penetrar en la fortaleza con uniforme de las SS y matar al Reichsfürer Heinrich Himmler que por aquellos días visitaba a las tropas!
Contado así, como esa misma mañana hizo el comandante Moore, hasta parecía un plan razonable.
-Le reitero, capitán, la importancia de la misión, así como los riesgos que corre. Si tiene alguna duda, este es el momento de abandonar.
-No, comandante, lo haré.
-Bien, capitán. En esta guerra necesitamos a hombres como usted. Me permito añadir solamente que si es descubierto...
-Entiendo. Puede estar tranquilo. No me capturarán con vida.
Naturalmente, la primera preocupación del capitán fue la de la consigna. Sin duda los centinelas del gigantesco castillo austriaco, convertido en uno de los cuarteles generales de las Waffen-SS, pedirían un santo y seña para entrar. El capitán esperó a la noche y se acercó sigilosamente a la puerta principal, ocultándose entre los arbustos. Pronto pudo escuchar cómo alguien se acercaba. Un potente foco iluminó la explanada exterior bajo la lluvia y un guardia gritó:
-¡Acht! [ocho]
-Vier [cuatro] –contestó el recién llegado.
-¡Offen Sie die Türen! [abrid las puertas]
Minutos más tarde otro visitante fue detenido.
-¡Sechzehn! [dieciséis]
-Acht [ocho] -contestó el desconocido y entró en el recinto.
El capitán no lo dudó más. Salió a la explanada y esperó el grito del guardia:
-¡Zwolf! [doce]
-Sechs [seis]
Pero en ese instante rasgó el silencio el agudo ulular de una sirena, al tiempo que alguien vociferaba: “¡Shuß, Shuß! Er ist ein Spion” [“disparad, disparad. Es un espía”]

1 comentario:

  1. Un ayuda
    Los centinelas retiraron el cuerpo del capitán. Un nuevo visitante se acercaba al recinto. El guardia gritó:
    -¡Zwoff! [doce]
    -Fúnf [cinco]
    -¡Offen Sie die Türen! [abrid las puertas]

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