domingo, 30 de mayo de 2010

Contrabando


CONTRABANDO: LA VIDA EN LA RAYA

Manuela Carnerero et alii
La Codosera, Ayuntamiento, 2009, 168 págs
II Concurso de relatos de Nuestros mayores

Contrabando: la vida en la Raya reúne diecisiete relatos escritos por habitantes de este pueblo arrayano que recogen testimonios de la difícil supervivencia, especialmente durante los años de posguerra, en esta singular comarca extremeña. De su lectura se desprende que la más antigua frontera de Europa jamás fue un muro de separación entre ambas naciones a pesar de la fuerte vigilancia a que era sometida por “guardinhas” y carabineros. El libro está lleno de recuerdos reales y de valoraciones sugerentes (como la de que los contrabandistas, al fin y al cabo, no hacían sino anticipar un futuro de economía global). He aquí tres citas:

Un “empresario” al guía de la cuadrilla: “En tal sitio te van a salir los carabineros. Tiran la carga fulano y fulano nada más, y vosotros seguís con los demás hasta San Vicente de Alcántara, y de esto no digas nada ni en casa” [p. 110]


“La abuela Antonia también descubrió que separando las piezas de una misma cosa, los botines no eran tan suculentos para los guardiñas. Así se dedicaba a llevar de España a Portugal, separadas, las dos partes de las soperas de duralex, la tapa y el cuenco. O las romanas, que si en alguna ocasión se las confiscaban, luego las volvía a comprar en la subasta muy baratas por no estar completas, por un lado el pilón, y por otro, las barras” [p. 83]

“Cuando el aceite escaseaba lo hacíamos con un calcetín. Machacábamos las aceitunas, las metíamos en el calcetín y lo introducíamos en agua caliente. Se exprimía y, con una cuchara, cogíamos el aceite que, al ser más denso, flotaba sobre el agua. Haciendo esta operación un par de veces por semana podíamos sacar un litro o más. Esos días comíamos las migas más pringadas” [p.111]




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