domingo, 9 de agosto de 2009

Oda al río Guadiana



   Tendría por entonces catorce o quince años, cuando le entregué a mi profesor de Latín y Griego un poema para que me diera su opinión. Se titulaba “Oda al río Guadiana” (yo era un alumno interno de un centro privado emeritense que estaba próximo al río y todavía recuerdo las escapadas por sus orillas y las nieblas persistentes durante los meses de invierno). La última estrofa decía:

“Cruzarás tierras de Huelva
entre curvas y menandros
y llegarás al final
desembocando en el Atlántico”

   (Ahora que la releo creo que podría ejemplificar con rigor la “difícil sencillez” de ciertos estilos poéticos, ejem, ejem).
   El profesor puso especial empeño en comentar con detalle el segundo verso (sin duda, el mejor de los cuatro). Recuerdo que me dijo: “Verás, la primera palabra está mal utilizada porque da a entender que el río pasa “por el medio de...”; la segunda es sinónima de la última y por tanto es superflua; la tercera ya no es necesaria, y la cuarta no existe, porque se dice ‘meandros’”.

2 comentarios:

  1. Hola Simón!
    fuiste mi profesor en 3º de BUP en el claret, hace ya la friolera de 23 años... Hoy veo tu blog y te agradezco el esfuerzo-- los extremeños poco sabemos de nuestra propia porducción artística/ literaria... Sobre esta entrada última, me he sonreído porque me pasaba lo mismo de pequeño--tampoco escribo bien ahora, pero al menos soy consciente un poquito ...
    Un saludo muy cordial
    Alejandro Curado

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  2. Y con esa crítica se acabó tu carrera como literato y poeta, ¿no?
    Quizás eso inclinó la balanza a favor de la crítica literaria.

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