sábado, 28 de marzo de 2009

Cosecha de dos años




BIBLIOGRAFÍA EXTREMEÑA, 2006-07


Manuel Pecellín Lancharro
Badajoz, Caja Rural de Extremadura, 2008, 797 págs.


Desde su aparición, la Bibliografía se constituye como una disciplina autónoma de contornos bien definidos. En síntesis, el trabajo bibliográfico consta de dos partes: una primera, de carácter técnico, está sometida a la aplicación de reglas estrictas, pero la segunda, más imprecisa y personal, da testimonio de la cultura y la personalidad del bibliógrafo, de su competencia literaria y cultural. Sus objetivos principales son dos: identificar los documentos e informar sobre sus contenidos; de estos dos propósitos se deriva su utilización: ayudar a la catalogación mediante la identificación, prestar apoyo a la adquisición de nuevos fondos en las bibliotecas, servir de base para los servicios de préstamo y, sobre todo, proporcionar información bibliográfica sobre los documentos existentes atendiendo a diversos criterios.
Dejando a un lado su actividad de dinamizador cultural (director del servicio de publicaciones de la Diputación Provincial, director del Centro de Estudios extremeños y de su revista, presidente de la Asociación de Escritores extremeños, cofundador y vicepresidente de la Unión de Bibliófilos extremeños, entre otras numerosas tareas), la obra escrita de Manuel Pecellín (Monesterio, 1944) comprende una enorme relación de libros y artículos publicados en periódicos y revistas, tanto regionales como nacionales y extranjeros. La mayor parte de estas obras persigue la recuperación de la historia del pensamiento en Extremadura. Ya su tesis doctoral se centró en el desarrollo del Krausismo en la región; otras obras suyas han atendido al pensamiento y la obra de Francisco Vera, Arias Montano, Joaquín Sama, Juan Uña o Faustino Arévalo.
Pero Pecellín ha participado también activamente en el estudio y promoción de la literatura en Extremadura. Él es el autor de la mejor revisión histórica que se ha publicado hasta la fecha; los tres tomos de Literatura en Extremadura (1982), utilísimos en sí mismos, se han ido completando posteriormente con artículos en distintas publicaciones en los que el autor ha atendido tanto a la recuperación histórica de ciertos autores (Felipe Trigo, particularmente, pero también el teatro extremeño del siglo XVI, por ejemplo) como a los escritores contemporáneos (Manuel Martínez Mediero, Manuel Pacheco, Álvarez Lencero, José Antonio Gabriel y Galán, los narradores últimos...). En este sentido hay que destacar su trabajo como coordinador de El Urogallo Extremadura, en el que participó además con varios artículos en cada uno de sus números.
Recordaba Luis Landero en la presentación de “Trazos”, el suplemento cultural del diario Hoy, que cada vez se publican más libros (y, por tanto, más libros prescindibles), que el panorama cultural es, cada vez más, un bosque enmarañado por el que es difícil deambular. De ahí la necesidad de “guías”, como un suplemento cultural o el repertorio bibliográfico que comentamos. La crítica honesta, la que no está a sueldo de grandes grupos editoriales, aquella que es capaz de sopesar la calidad literaria de una obra sin dejarse influir por ejemplares vendidos, la que osa decir, cuando la ocasión llega, que el rey va desnudo, es imprescindible. La obra que comentamos, como el suplemento en que colabora realiza esta insustituible función.
Bibliografía extremeña ofrece además una historia de la edición en Extremadura durante estos dos años (06-07). Y es que un panorama literario no inventariado es como un almacén de libros (y no como una biblioteca), como un territorio desconocido y no cartografiado. En este sentido, nos encontramos ante una obra generosa, que reúne información muy dispersa, pues a las editoriales de referencia en la región (Editora Regional de Extremadura, departamentos de publicaciones de ambas diputaciones, editoras privadas...) suma las numerosas autoediciones y publicaciones locales, que con frecuencia pasan desapercibidas.
Bibliografía extremeña es, desde otro punto de vista, el resultado de un enorme esfuerzo personal, más propio de un equipo de personas, y, por su propia naturaleza, un trabajo arriesgado sometido a la crítica ajena: por las obras atendidas y desatendidas, por la extensión de las reseñas (que suelen mirar con lupa los escritores que no las leen sino que las miden)..., pero también una “bibliografía de autor”, que omite el juicio cuando no se considera capacitado, da valoraciones panorámicas, acoge juicios de otros lectores, no oculta preferencias personales… Una obra, en fin, de consulta, que muchos olvidarán citar, pero asimismo de lectura (controvertida, crítica…), idónea para irla adelantando en un blog, como el que el autor posee en la página web del diario Hoy (http://blogs.hoy.es/libreconlibros/posts).

1 comentario:

  1. Bueno, espero que estén por ahí anotados mis libros en esos años, ya que la extremenía cañí acostumbra relegarme a los olvidos de sus malos sueños. Y gracias por las reseñas de estos libros, señor Viola. Saldremos de burro...

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